CINE Y LITERATURA

EL CINE Y DÍEZ-CANEDO

La literatura y el cine han estado relacionados desde que a finales del siglo XIX se inventase este medio de expresión.

Por un lado, la literatura ofrecía al cine un catálogo extensísimo de argumentos, guiones, novelas que proporcionaban las historias que el cine necesitaba... por otro, los escritores encontraban en el cine una forma de narrar, una técnica de tratamiento del tiempo y la imaginación nueva y sorprendente.

Esta relación se hace más intensa durante las vanguardias artísticas y el periodo de entreguerras, en el que es muy fácil que encontremos a creadores que se expresan tanto en textos literarios como cinematográficos.

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El propio Enrique Díez-Canedo participó de este interés por el cine, como guionista y crítico. Hay que tener en cuenta que Enrique Díez-Canedo fue un intelectual muy atento a la actualidad y que desde el primer momento participaba en las innovaciones de su tiempo. del mismo modo que tradujo la literatura europea de vanguardia, y promocionó a los jóvenes poetas españoles, se interesó por el cine. Tanto fuerte fue este interés que llegó a escribir algún guión, y durante la guerra Civil, junto a su hijo Joaquín, escribió guiones documentales que Joaquín dirigía.

Pero, del mismo modo, reflexionó sobre el impacto del cine en la vida social de su tiempo: le preocupaba el uso propagandístico que del cine hacían los regímenes totalitarios y autoritarios de la Europa de su tiempo; también le preocupaba, como crítico teatral, la influencia y las relaciones del cine y el teatro.

"El cine es la única arma que ha matado a la muerte".

Jean Cocteau

El desarrollo del cine coincide, en sus orígenes, con las experiencias de las vanguardias artísticas y literarias.  no es extraño que con mucha frecuencia encontremos, junto a los grandes nombres del cine, los de pintores o escritores y escritoras que encontraban en esa nueva manifestación artística un camino inexplorado de la expresión humana. Por eso el ruso Maiakovski, el francés Jean Cocteau o el italiano Marinetti  tienen, siempre, un episodio cinematográfico en su carrera.

Al tiempo, en Estados Unidos y en Francia  los grandes narradores, como Steibeck o, sobre todol, Faulkner, encuentra posibilidadse insospechadas para desarrollar las historias que como novelas escribían. 

Fragmentos de Carta abienta, poema del libro  Cal y Canto.

   ... Y el cine al aire libre. Ana Bolena, 
no sé por qué, de azul va por la playa.
Si el mar no la descubre, un policía
la disuelve en la flor de su linterna.
   Bandoleros de smoking, a mis ojos
sus pistolas apuntan. Detenidos, 
por ciudades de cielos instantáneos, 
me los llevan sin alma, vista sólo.
   New York está en Cádiz o en el Puerto. 
Sevilla está en París, Islandia o Persia. 
Un chino no es un chino. Un transeúnte
puede ser blanco al par que verde y negro.
   En todas partes tú, desde tu rosa, 
desde tu centro inmóvil, sin billete, 
muda la lengua, riges, rey del todo...
Y es que el mundo es un álbum de postales.
   Multiplicando pasas en los vientos, 
en la fuga del tren y los tranvías.
No en ti muere el relámpago que piensas, 
sino a un millón de lunas de tus labios.
   Yo nací -¡respetadme!- con el cine.
Bajo una red de cables y de aviones.
Cuando abolidas fueron las carrozas
de los reyes y al auto subió el Papa.
 Vi los telefonemas que llovían,
plumas de ángel azul, desde los cielos.

 

Rafael Alberti

Textos sobre cine escritos por vanguardistas españoles:

 

Una lectura vanguardista del cine:

Guillermo de Torre escribe el artículo Cinema, que comienza así:

El CINEMA se purifica. El cinema aspira a ser él mismo, a su plena autonomía y liberación. El cinema va eliminando día tras día sus malos resabios teatrales y los impuros estigmas literarios que obscurecieron sus principios. Arte auroral de una época, el cinema rompe netamente – en sus mejores realizaciones- con el influjo mixtificador que sobre él han venido ejerciendo el teatro y el libro. Y en un escorzo aventurado marca su firme voluntad de encontrar sus genuinos medios expresivos. Poesía poética. Pintura plástica. Música musical: Estas fórmulas no son pleonasmos: son los índices que señalan imperativamente la reintegración de todas las artes hacia su propia finalidad. Y ¿por qué no cinema cinematográfico, puramente fotogénico? La respuesta llega hoy. Este afán depurador  del film, esta irrefragable tendencia al hallazgo de sí mismo es la resultante más clara y unánime que se desprende del amplio conjunto de opiniones acumuladas en el interesante fascículo cinema.

El cine visto por autores españoles de los años veinte, que escribieron como guionistas en Hollywood:

 

El cine hablado es un hecho. Mecánicamente es maravilloso, pero artísticamente ha matado la bonita interrogación que tenía el cine mudo. El mudo es cine para gente con imaginación. El hablado es cine para explicar lo mismo que el mudo a las personas que carecen de ella.

Edgar Neville

 

El hombre a  quien más admiro, al que considero como el más importante del mundo, en el pasado y en la actualidad, es Charlie Chaplin (“Charlot”), verdadero genio de todas las épocas.

Enrique Jardiel Poncela.

 

Cuando apagó la luz, la alcoba adquirió la exacta calidad de los cinematógrafos. En la cabeza de Boina Azul, como en una linterna, el sueño prendió la brillante chispa de la proyección... Las imágenes recién creadas, salían de su cabeza esmaltadas de luz, tumultuosamente, como los ángeles despeñados del cielo. Vivían unos segundos en el muro, haciendo cine, después se fugaban a través de los cristales de la ventana hacia el mundo. Algunas imágenes no llegaban a pasar el cristal y se quedaban prisioneras, emparedadas en su leve espesor. Boina Azul soñó una película de largo metraje.

Samuel Ros

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