La llegada del cine sonoro en Estados Unidos

En  realidad nunca hubo cine mudo: el acompañamiento sonoro se hacía en directo, con explicadores  y con música, es decir, que lo nuevo era que el cine fuese, en principio, sonoro en grabación. Al principio la grabación era de música y narración, nadie pensaba en un cine hablado. Pero esto ocasionaba, al principio, serios problemas técnicos como la sincronización de imágenes y sonido, o la corta duración de las grabaciones fonográficas, de los discos de gramófono.
Todo esto se solucionará con el desarrollo de la banda sonora en la propia película.
 
El sonoro cambió el interés del público, y toda la técnica de rodaje y proyección queda obsoleta. En 1928 la llegada del cine sonoro ya es irreversible, y hacen falta, por ejemplo, guionistas que sepan escribir diálogos, y actores y actrices que sepan recitar, con buena voz y memoria.


En 1927 se estrena la primera película sonora El cantor de jazz, protagonizada por el showman de origen ruso Al Jolson, que alcanzó un éxito inmediato e inesperado entre el público. Y en ella se puede escuchar la primera frase del cine sonoro: espera, todavía no has oído nada.

Algunos errores de los explicadores de cine mudo:

 ...X vuelve arrepentido a la casa paterna de su querido tío...

...el golpe fue terrible. Cuando volvió en sí ya era cadáver.

 

1913: Primera cadena de Montajes en la fábrica Ford de Detroit.

1919: Ley de prohibición del alcohol en EE. UU., la Ley Seca.

1920: Díez-Canedo publica una versión de los Poemas en prosa de Baudelaire

1922: Descubrimiento de la tumba de Tutankamon.

1924: Enrique Díez-Canedo traduce Hojas de Hierba de Walt Whitman

1927: Ejecución de Sacco y Vanzetti.

Primer periplo americano, como profesor, de Enrique Díez-Canedo.

1931: segundo periplo americano, para explicar las novedades literarias españolas, de Enrique Díez-Canedo

1936: Wright construye la Casa de la cascada




Durante los años de entreguerras, y con la llegada del cine sonoro, surgen grandes directores, que consolidan los géneros cinematográficos. Es el caso de las primeras películas de John Ford y La diligencia, rodada en 1939, y que está considerada el primer western psicológico de la historia del cine.

En esos mismos años Howard Hanks, que dirige películas emblemáticas de varios géneros, como Scarface en 1932, ejemplo de cine negro y de gángsters, y que estrena la comedia La fiera de mi niña en 1938

Junto a ellos aparece un director emblemático, Franz Capra, con un cine cercano al movimiento político del New Deal, un cine de la esperanza en el hombre, con Juan Nadie en 1941 y ¡Qué bello es vivir! en 1946, póstuma.

Pero hay muchos más: George Cukor, con Historias de Filadelfia en 1941, W. Wyler y su Cumbres Borrascosas en 1939
Y un director de origen alemán, J. von Sternberg, quien junto a Marlene Dietrich rodó una serie de películas inolvidables, como El ángel azul en 1930, o Marruecos el mismo año.

 

Pero la película que se suele citar a la hora de hablar de un momento esencial en el lenguaje cinematográfico es Ciudadano Kane, de Orson Welles en 1940, un caso excepcional, porque aporta una cantidad enorme de innovaciones (el mismo Welles reconocía que la mayor parte de estas innovaciones eran fruto de su desconocimiento del medio). Welles ya había aterrorizado al público en 1938, cuando por la radio emitió La guerra de los mundos. El título original de la película era Americano.

 

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