CIENTÍFICAS EN LA EDAD MEDIA

La segunda mitad del primer milenio y el comienzo del segundo, tanto en el imperio bizantino como en el musulmán, las mujeres fueron libres para dedicarse a sus intereses científicos, como lo prueban las figuras de las emperatrices de Bizancio, Eudoxia, Pulqueria y sobre todo Zoe, que se dedicó a la química. Además, a través de la difusión del estilo monástico, la Edad Media hizo posible que algunas mujeres estudiaran y gozaran de una libertad intelectual que no se repetirá hasta nuestros días.

Trótula

trótulaTrótula pertenece a la famosa escuela médica de Salerno y a ella se atribuyen varios tratados de medicina y cosmética. Las obras de Trótula se consideraron clásicas has el siglo XVI, especialmente el Trotula Maior, que fue transcrito y copiado innumerables veces en el curso del tiempo, atribuyéndo siempre a otros autores, por supuesto de sexo masculino, e incluso en el siglo XIX hubo quien negó rotundamente que una mujer pudiese haber escribir una obra de este tipo, intentando así borrar por completo de la historia de la medicina una presencia femenina tan valiosa.
Hildegarda de Bingen

hildeVivió en el siglo XII. Es la primera científica cuyas obras han llegado hasta nosotros. Abadesa de un convento benedictino, Hildegarda, llamada también "Sibila del Rhin", fue una mujer comprometida y competente tanto en el orden político como en el cultural. Sus obras principales en el terreno científico fueron el Liber Scivias, que incluye su primera cosmología completa, la enciclopedia de historia natural luego titulada Physca, el tratado de medicina Causae et Curare y el Liber Divinorum Operum Simplicis Hominis, su última cosmología. Debe destacarse que las obras de Hildegarda no son sólo obras de divulgación, sino que contienen observaciones originales desde el punto de vista científico y filosófico y que, procediendo del estudio de los pitagóricos, influyeron sobre el pensamiento científico hasta el Renacimiento.



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